Nexo Mundial
384 palabras
2 minutos
Conejito Blanco
2024-07-04

Éste era un conejito blanco que tenía una casita de palmas. Un día llegó a visitarlo la zorra.

—Conejito blanco —le suplicó—, déjame entrar un momento en tu casa, que tengo frío.

Y así que estuvo dentro, la zorra dispuso:

—Aquí no cabemos los dos. La casa es muy chiquita.

Y el conejito, llorando, tuvo que salir.

Por el camino encontró a un gato.

—¿Por qué lloras? —el gato le preguntó.

—¡Cómo no voy a llorar! —respondió el conejito—. Yo tenía una casita de palmas. La zorra me pidió permiso para entrar, y después, cuando estuvo dentro, me echó a la calle.

—¡Yo le voy a dar un susto a esa zorra! —dijo el gato hecho una furia.

Pero cuando llegó frente a la zorra, ésta le replicó tranquilamente:

—Mira que si salgo te voy a comer.

—Entonces me voy —contestó el gato, y se fue corriendo.

El conejo, todo lloroso, se retiró también.

Por el camino tropezó con un asno.

El asno le preguntó:

—¿Por qué lloras, conejito blanco?

—¡Cómo no voy a llorar! Yo tenía una casita de palmas. Dejé entrar a la zorra, y la zorra me echó fuera.

—Iré yo a darle un susto a esa zorra —dijo el asno, y corrió hasta la casita de palmas.

—¡Sálgase de ahí la zorra! —gritó dando un rebuzno amenazador.

—Si salgo te voy a comer —le replicó la zorra tranquilamente.

—Entonces me voy —dijo el asno, y se fue corriendo.

El conejito, todo lloroso, se retiró también.

Por el camino se encontró a un gallo.

El gallo le preguntó:

—Conejito blanco, ¿por qué lloras?

Contestó el conejito:

—¡Cómo no voy a llorar! Yo tenía una casita de palmas. Permití entrar a la zorra, la zorra me echó a la calle y ahora no me deja entrar a mí.

—Iré yo a darle un susto a esa zorra —dijo el gallo, y se fue a la casita de palmas.

Cuando llegó allá, se puso detrás de la casa y cantó con todas sus fuerzas:

—Aquí en la mano tengo un fusil para matar a la zorra. ¡Quiquiriquí! Si no sale corriendo la mato yo aquí de un solo tiro. ¡Quiquiriquí!

Espantada por el ruido que el gallo hacía con su canto, la zorra escapó mientras decía:

—Me voy corriendo.

¡Y salió con tanto susto, que no volvió nunca más!

Moraleja: Zorra tranquila, ante el que ruega; zorra atrevida, con el que llora: zorra miedosa, hablándole fuerte; fue zorra astuta, mas no fue valiente.

Este cuento ha terminado.

Conejito Blanco
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Auto
Nexo Mundial
Publicado
2024-07-04