Claudia Sheinbaum, exalcaldesa de Ciudad de México y candidata del partido Morena, hizo historia el domingo al ser elegida como la primera presidenta de México. Según el conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE), Sheinbaum obtuvo entre el 58.3% y el 60.7% de los votos, superando ampliamente a su principal rival, Xóchitl Gálvez, quien consiguió entre el 26.6% y el 28.6% de los votos. El centrista Jorge Álvarez Máynez obtuvo al menos el 9.9% de los sufragios.
En su discurso de victoria, Sheinbaum destacó el apoyo de todas las mujeres y se comprometió a seguir el legado del actual presidente Andrés Manuel López Obrador. “No llego sola. Llegamos todas, con nuestras heroínas que nos dieron patria, con nuestras ancestras, nuestras madres, nuestras hijas y nuestras nietas”, afirmó mientras sus seguidores la vitoreaban en el Zócalo de Ciudad de México.
Sheinbaum, de origen judío y con formación en física, gobernará hasta 2030 la decimosegunda economía del mundo. Entre sus mayores desafíos estarán la violencia del narcotráfico, que mata a unas 30,000 personas al año, y la violencia de género, con una tasa de 10 mujeres asesinadas diariamente, según datos de ONU Mujeres.
Los seguidores de Sheinbaum creen que continuará los programas sociales de López Obrador, que han sacado a 8.9 millones de personas de la pobreza. Sin embargo, también enfrentará el reto de mantener estos programas en medio de un déficit fiscal del 5.9% y un crecimiento económico promedio de apenas 0.8% en los últimos seis años.
La relación con Estados Unidos también será crucial, especialmente si Donald Trump regresa al poder. En 2026, México, Estados Unidos y Canadá deberán renegociar el tratado comercial T-MEC, lo que podría traer nuevas tensiones.
El oficialismo también logró la mayoría necesaria en el Congreso para reformar la Constitución, lo que le permitirá a Sheinbaum implementar sus políticas de manera más eficaz.